La ansiedad es una reacción que tiene nuestro cuerpo ante algo que percibimos como un peligro. Se manifiesta en forma de taquicardia, sudoración, temblor, opresión en el pecho o en la garganta, dolor en el estómago, diarrea, etc. Debemos conocer bien cómo influye en cada cliente y utilizar las técnicas necesarias para que disminuya o desaparezca esta sensación desagradable.
- FOBIA ESPECÍFICA: Sentir ansiedad o miedo a cosas muy concretas: miedo a determinados animales, a subir en avión, a conducir, a la administración de inyecciones, a la visión de sangre, a las alturas, al agua, a las tormentas o a espacios cerrados. Depende de las experiencias y el aprendizaje que el cliente haya tenido en su vida.
- FOBIA SOCIAL: Sentir temor a las situaciones sociales como fiestas, reuniones de trabajo o actuaciones en público en las que se ve expuesto a la posible evaluación por parte de los demás como hablar en público, miedo a ruborizarse y a sudar.
- HIPOCONDRÍA: Preocupación excesiva por la salud o convicción de padecer una enfermedad grave, a partir de la interpretación personal de síntomas físicos. La persona realiza muchas conductas de control y reaseguración: ir constantemente a médicos, consultar páginas web médicas, contar sus temores y vigilar sus síntomas. Tiene un gran temor al contagio y todo esto genera un gran malestar.
- ATAQUES DE PÁNICO o crisis de ansiedad: Son episodios de ansiedad relativamente cortos, muy intensos, y sin desencadenante aparente. Intensa angustia, problemas al respirar, sensación de que uno va a morir, se siente dolor en el pecho, taquicardia, temblor, mareo hormigueos en las manos y pies.
- AGORAFOBIA: Miedo a sufrir un ataque en una situación de difícil escape, donde es complicado recibir ayuda o podría ser socialmente embarazoso. Esto se va generalizando, y mientras antes la persona salía de casa y hacía una vida normal, ahora empieza a no poder ir a determinados lugares, por ejemplo: sitios cerrados, lugares con mucha gente, estar solo, hacer cola, pasar por un puente, o viajar en autobús, tren o automóvil y a largo plazo cada vez su vida fuera de casa se hace más escasa.
- ESTRÉS: Es una respuesta de nuestro organismo que intenta resolver una situación de amenaza para el individuo, sensación de que la situación le demanda más de lo que humanamente se ve capaz de dar esa persona. De hecho, se trata de una respuesta totalmente necesaria, aunque si se produce de manera muy intensa o muy sostenida en el tiempo puede acarrear problemas para nuestro organismo. Se acompaña de pensamientos negativos y emociones como depresión, cólera, o impotencia. El organismo se activa produciendo un incremento de la presión arterial, de la frecuencia cardíaca, de tensión en la musculatura estriada. Los síntomas más característicos son las malas digestiones, los dolores de cabeza y lumbares, dificultades de concentración y memoria, taquicardias, mareos, preocupación excesivas e insomnio.
- TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO: Las obsesiones son pensamientos intrusivos (no pensados voluntariamente) cuyo contenido produce ansiedad, asco, repulsión o culpabilidad y la persona no puede pararlos a pesar de considerarlos no reales o muy desagradables. Las compulsiones son comportamientos o actos mentales de carácter repetitivo, que la persona se ve obligada a hacer para eliminar la obsesión y el malestar que ésta produce. Ejemplos de este trastorno serian: los que nunca están seguros de haber cerrado la puerta con llave (gas, horno o coche) y comprobar una y otra vez que realmente lo han hecho. Otros son víctimas del orden, otros tienen temor de contaminarse al tocar objetos que a su criterio están sucios…
- ANSIEDAD GENERALIZADA: Tendencia a preocuparse excesivamente por cualquier cosa. Para disminuir el malestar la persona realiza conductas de control: llamadas de teléfono, charlas innecesarias, comprobaciones descontroladas, etc. Esta preocupación se extiende a prácticamente todas las áreas de su vida.
- ESTRÉS POSTRAUMÁTICO: Aparece después de que la persona ha vivido un acontecimiento traumático o haya sido testigo de uno. Lo característico de este trastorno son las imágenes recurrentes donde se reexperimentan escenas del trauma original que se introducen de forma involuntaria en los pensamientos de esta persona, haciéndole recordar y revivir lo sufrido una y otra vez. Pueden aparecer al afrontar situaciones que recuerden el evento o en sueños.