
Se caracterizan por la pérdida de control voluntario sobre la conducta. Presencia de un deseo intenso o compulsivo de realizar la conducta adictiva, muchas dificultades para no ejecutar la conducta, presencia de irritabilidad intensa o malestar psicológico cuando no puede hacer la conducta adictiva y se mantiene a pesar de las consecuencias negativas que conlleva.